El Dr. Edward Bach (1886-1936) fue un médico muy avanzado para su tiempo. En su corta carrera evolucionó desde la medicina ortodoxa hasta desarrollar una forma natural de medicina que comprendía la salud emocional y espiritual, muy en consonancia con las actuales tendencias hacia la salud natural.
Nacido en Moseley, Birmingham, de origen galés, fue un niño intuitivo, sensible e independiente, con un gran amor por la Naturaleza. Dejó la escuela a los 16 años y pasó tres años en Birmingham, en la fundición de latón de su padre, para poderse pagar sus estudios de medicina.
Las primeras etapas de la carrera médica del Dr. Bach fueron tan convencionales como exitosas: en 1912 se graduó en el University College Hospital (UCH) de Londres, donde fue nombrado Oficial Médico de Urgencias en 1913; más tarde, durante ese mismo año fue nombrado Cirujano de Urgencias residente en el National Temperance Hospital. Después de recuperarse de un período de enfermedad, en 1922 abrió su consulta en Harley Street, Londres.
Desde muy temprana edad, el Dr. Bach fue consciente de que la personalidad y las actitudes de las personas tienen un notable efecto sobre su estado de salud. Como alumno, ya tenía interés en sus pacientes en su calidad de personas y no simplemente como casos, y casi desde el principio llegó a la conclusión de que, en la enfermedad, la personalidad es más importante que los síntomas y debería tomarse en cuenta en el tratamiento médico.
Llegó a estar cada vez más insatisfecho con las limitaciones de la medicina ortodoxa y su enfoque sobre la “curación” de los síntomas. Creyendo que el tratamiento eficaz implicaba tratar las causas de la enfermedad en lugar de sus efectos, decidió enfocar su interés en la inmunología y se hizo Bacteriólogo Adjunto en el UCH en 1915.
Entre 1919 y 1922 trabajó como patólogo y bacteriólogo en el Hospital Homeopático de Londres. Allí le impresionó el hecho que Samuel Hahnemann, fundador de la homeopatía, había constatado 150 años atrás: la importancia de la personalidad en la enfermedad. Combinando estos principios con su conocimiento de la medicina ortodoxa, desarrolló los Siete Nosodes de Bach, vacunas orales basadas en bacterias intestinales que purificaban el tracto intestinal consiguiendo efectos notables sobre el estado de salud general de los pacientes y sobre condiciones crónicas difíciles, tales como la artritis.
En 1928, durante una cena, tuvo una revelación. Estudiando a sus invitados se dio cuenta de que se dividían en varias categorías distintas. A partir de esto, llegó a la inspirada conclusión de que cada categoría reaccionaría a la enfermedad de un modo diferente. En el otoño, visitó Gales y encontró dos plantas, Mimulus e Impatiens; preparó éstas de la misma forma que sus vacunas orales y las prescribió según la personalidad de sus pacientes, con resultados inmediatos y exitosos. Más tarde, en el mismo año, añadió la planta Clematis. Estos tres remedios representaron el inicio del desarrollo de un sistema de medicina completamente nuevo.
En la primavera de 1930, a la edad de 43 años, el Dr. Bach cerró su laboratorio y su lucrativo consultorio y se fue a Gales para buscar más remedios en la Naturaleza. Una mañana temprano, atravesando un campo lleno de rocío, se le ocurrió que cada gota de rocío, al ser calentada por el sol, adquiriría las mismas propiedades curativas de la planta donde se encontraba. Esto le llevó a desarrollar un método para preparar los remedios utilizando agua pura.
Más tarde, en ese mismo año, escribió el pequeño libro Cúrese Vd. mismo, con el mensaje de que la enfermedad física es el resultado de estar en desarmonía con su propósito espiritual. Se publicó en 1931 y ha continuado publicándose desde entonces.
Desde Agosto de 1930 hasta 1934 el Dr. Bach tuvo su base en Cromer, en la costa de Norfolk, encontrando y preparando más remedios florales, y tratando con éxito a sus pacientes con ellos. En 1934 se mudó a Mount Vernon, la casita en Oxfordshire que todavía alberga el Centro del Dr. Edward Bach. Continuó su trabajo, escribiendo, tratando a pacientes en Sotwell y Londres y continuó su búsqueda de más remedios. Durante este tiempo sufrió considerablemente, tanto mental como físicamente, ya que desarrollaba el estado negativo de la mente para encontrar intuitivamente el remedio correspondiente.
Continuó trabajando y dando conferencias, a la vez que entrenaba a sus asistentes para que pudieran continuar su trabajo. Una vez hubo desarrollado los 38 remedios, junto con el Rescue Remedy, supo que no hacían falta más; los 38 remedios cubrían todos los aspectos de la naturaleza humana, así como todos los estados negativos mentales y emocionales que subyacen en la enfermedad.
Al final de Noviembre de 1936, murió mientras dormía, contento de que su misión hubiera sido completada. Entregó toda la responsabilidad de continuar su labor a sus amigos y colegas, a quienes había formado. También pidió que en su hogar quedara la fuente de sus descubrimientos. Así, todavía hoy y heredado por sucesión directa, el Centro Bach de Mount Vernon está activamente involucrado en dar consejos y formación y sigue preparando las tinturas madres. Los Administradores aseguran así de que se mantengan las tradiciones y principios de pureza, sencillez e integridad.
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