La Espelta
Cultivada desde hace 7.000 años, se usaba desde antiguo, además de como alimento, en la elaboración de la cerveza.
A punto de desaparecer por el bajo rendimiento productivo en comparación con otras variedades de trigo, sus propiedades nutricionales nos la devuelven ahora en todo su esplendor.
¿Qué es la Espelta?
Las espeltas son cereales primitivos de sabor muy intenso las propiedades son bien conocidas y apreciadas desde antiguo. Resisten muy bien las condiciones climatológicas adversas y ofrecen ciertas ventajas para el cultivo ecológico, ya que se protegen muy eficazmente de las plagas y los parásitos de forma natural.
Hoy en día, podemos encontrar tres tipos principales de espelta: la de grano pequeño o pequeña espelta (Triticum monococum), cultivada en zonas secas y de montaña, la llamada espelta de Tartaria (Triticum dicoccum), y la de grano grande o mayor espelta (Triticum spelta), adaptada a climas continentales, duros y fríos. Todas ellas se caracterizan por ser trigos vestidos, en los que el grano está cubierto por una vaina después de la cosecha y requiere un descascarillado posterior para separarlo del cascabillo.
Se les considera el origen de la gran familia de los trigos que se consumen hoy en día. Los primeros testimonios sobre su cultivo se remontan a 7.000 años antes de Cristo en Oriente Medio, en el que se ha llamado El Creciente Fértil, lo que indica que este cereal ha servido de alimento a la humanidad desde los primeros estadios de la civilización. Al igual que el trigo común, las espeltas se pueden utilizar para hacer pan, pastas alimenticias, galletas, cerveza, copos y sémolas, entre otros productos.
Historia de la Espelta
El trigo comenzó a cultivar hace unos 8.000 años en la zona de Mesopotamia, en el llamado "Creciente Fértil". Todas las especies provienen de la espelta o trigo almidonero silvestre (Triticum boeticum). Esta especie se generó por hibridación de plantas silvestres mucho antes de su domesticación y, tras sucesivas hibridaciones, dio lugar a otros tipos de trigo, como las espeltas a que nos referimos.
Se han encontrado restos arqueológicos de espeltas cultivadas hace 7.000 mil • nios en Irak, Israel y Turquía. Desde estos lugares se expandieron rápidamente por el Mediterráneo. Los primeros testigos de su cultivo en la Península Ibérica datan de hace unos 5.000 años.
El cultivo en la Península Ibérica y en Europa fue muy abundante durante la edad media. A finales del siglo XIX, la menor productividad y la dificultad del descascarillado, fueron dando paso al trigo común en detrimento de las espeltas. Los últimos reductos quedar en las montañas del centro de Europa y en algunos puntos de la Cornisa Cantábrica en España.
Información nutricional
Las espeltas son ricas en carbohidratos y proteínas. Superan al trigo en cuanto a riqueza vitamínica, proteínas y minerales, así como en porcentaje de fibra dietética. Aportan gran cantidad de minerales (zinc, fósforo, hierro, potasio, magnesio, conocido como el mineral "anti-estrés", y de vitaminas antioxidantes y anticancerígenas (B1, B2 y B3, E, provitamina A y betacarotenos). Su consumo diario equilibra los niveles de colesterol y triglicéridos y regula el metabolismo del azúcar. Son ricas en ácido silícico, necesario para la formación de los tejidos y como refuerzo de los sistemas inmunitario y circulatorio. Es un alimento saludable y apropiado en caso de enfermedades degenerativas, patologías de la piel o de las mucosas, molestias del metabolismo y problemas digestivos.
Por sus cualidades nutricionales y organolépticas están consideradas como el "caviar de los cereales".

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